"Gracias a todos esos amigos que siempre me piden opinión sobre los viajes que van a realizar, ellos me dieron la idea de hacer este blog.
En especial a mi amigo Jesús que me dio el empuje necesario para ponerlo en marcha. Y por supuesto a todos los que me leéis.
Un beso para todos vosotros. "


Túnez (Algunas notas - Ruta)


Julio 1.997


Este viaje lo hice cuando estaba en la Facultad. En aquel momento la Comunidad de Madrid ofertaba algunos viajes al extranjero, eran por sorteo y había que cumplir algunos requisitos, pero la verdad es que tuvimos suerte y nos tocó dos años consecutivos. Éste fue el primero que hicimos de esta forma. El grupo era de 30 personas, y nosotros ya éramos más de la mitad J. Además, contábamos con 4 guías, 2 locales y 2 que nos acompañaban desde Madrid.

Día 1 - 2: Túnez


Llegamos a la capital esperando que todas las mujeres fueran muy tapadas. Era nuestro primer viaje a un país árabe y era lo que teníamos en mente, pero cuando llegamos allí, para nada, ellas iban incluso más destapadas que nosotras, con sus vestiditos de verano cortos y de tirantes, jeje, pudimos comprobar que Túnez es una ciudad muy occidentalizada.

Nuestra primera visita fue al Museo del Bardo, el cuál tiene una colección espectacular de mosaícos procedentes de las incontables ruinas de ciudades romanas existentes en Túnez. Está situado a las afueras de la ciudad, en un antiguo palacio de los Beys Husayn, quienes gobernaron durante los siglos XVIII y XIX.

Dimos una vuelta por la medina y el zoco de Túnez, donde ya comenzamos a iniciarnos en el fantástico arte del regateo. En este viaje nos convertimos en expertos para nuestros futuros viajes J.

Fuimos a visitar Cartago, importante ciudad en la antigüedad. Fue fundada por los fenicios procedentes de Tiro. La verdad es que no está muy bien conservada, por ello, nos decepcionó un poco.


Después, nos acercamos a Sidi Bou Said, un pueblo muy bonito. Todas sus casas son blancas, con ventanas y puertas azules. Al final de la calle principal hay una tetería situada en una terraza con unas fantásticas vistas, por supuesto nos tomamos un té y fumamos en la pipa de agua.


Día 3: Kairouan


Al día siguiente continuamos con nuestro viaje yendo a Kairouan, que fue una de las grandes capitales islámicas. Visitamos La Gran Mezquita de Kairouan, para poder acceder nos pusimos una de las túnicas que te prestan en la entrada. Como en otros viajes, os recomiendo llevar algún que otro pañuelo, pero sino, como veis os prestan lo necesario para ir lo suficientemente tapado en la visitas a los templos, recordad también que se ha de ir descalzo, por si queréis llevar a mano  un par de calcetines J. Esta mezquita es una de las más importantes de Túnez, considerada como el más antiguo santuario del Occidente musulmán.


La Mezquita del Barbero, en Kairouan, es donde se encuentra la tumba de Abou Dhama, discípulo de Mahoma, conocido como Sidi Sahab (el portador de tres pelos), ya que se creía que llevaba con él tres pelos de la barba del Profeta.

Aquí se rodaron las escenas que transcurren en las calles de El Cairo en la película de Steven Spielberg “En busca del arca perdida”.

En esta mezquita nosotros nos encontramos con una circuncisión a un niño, un despliegue de gente con el niño vestido con algún tipo de traje típico.

Esa noche dormimos en un hotel en Kairouan, en el que se estaba celebrando una boda. Las bodas tradicionales aquí duran 7 días y 7 noches. Los trajes son dignos de ver, parecían muy pesados y eran muy recargados, llenos de lentejuelas, eso sí, muy alegres y llenos de color. Los novios nos invitaron a participar en la celebración, y muy amablemente nos pusieron algunas mesas y nos invitaron a algunas botellas de agua, muy de agradecer porque hacía muchísimo calor en la terraza del hotel, aunque ya era de noche J.

Día 4: Sbeitla


Nuestra primera visita fue a las ruinas romanas de Sbeitla. Hay que visitar el Arco del Triunfo de la Tetrarquía, los baños públicos o termas, el foro, la puerta de Antonino y los tres templos. En lugar de construir un único templo dedicado a las tres divinidades más importantes para los romanos, Júpiter, Juno y Minerva, aquí construyeron tres templos separados, uno para cada uno.


Dirigiéndonos hacia Nefta, ya atravesando el desierto en nuestro 4x4, nos encontramos puestos en la carretera que te ofrecían rosas del desierto, una roca sedimentaria que se forma en el desierto cuando se forman diversas capas de yeso, agua y arena, forma cristales muy bellos con forma de flor, muy chulas.

La diarrea empezaba a hacer estragos entre nuestros compañeros de viaje, la verdad, es que este día fue bastante duro para ellos. En los alrededores de la carretera no había nada, ni un triste arbusto y la verdad es que tuvimos que hacer varias paradas. Recordad ir preparados con los medicamentos necesarios.

Llegamos a Tozeur, un gran oasis. Visitamos su zoo, dimos una vuelta por sus calles en un carro tirado por caballos y nos acercamos a su palmeral.

Esa noche dormimos en un hotel situado en el mismo oasis de Nefta.

Día 5: Chebika


Para comenzar el día, visitamos el oasis de montaña de Chebika. Este oasis se encuentra al pie de las montañas de Djebel el Negueb, es conocida como “castillo del Sol”.


Después visitamos la cascada de Tamerza, de 4 metros de altura, situada en un cañón encima de acantilados. También visitamos Tamerza, población situada en un oasis lleno de palmerales.


Día 6: Tozeur - Nefta


De vuelta en Tozeur visitamos el Museo de Tradiciones Tunecinas Dar Chariet, donde se puede disfrutar de objetos artesanales y diferentes salas con decoraciones árabes.

Visitamos la Corbeille de Nefta, lugar donde se canalizaban las aguas de diferentes fuentes para regar el palmeral.

Antes de abandonar Nefta dimos una vuelta por sus calles y su mercado.

En Chott el Djerid vimos el gran lago salino. Debido a las temperaturas que alcanza la zona en verano, 50ºC, en esta estación el lago se evapora, permaneciendo completamente seco. Esto hace que se vea la Fata Morgana, efecto óptico, un espejismo, de forma que objetos que se encuentren en el horizonte adquieran apariencia alargada y elevada.


Pasamos por el oasis de las grandes dunas, formado por dunas enormes de arena blanca, donde pudimos visitar un fuerte francés. En este desierto disfrutamos de una fantástica puesta de sol.




Día 7: Ksar Ghilane   


Atravesamos el desierto en 4x4, pero nada de carretera, a través de las dunas. La verdad es que los conductores se manejaban perfectamente por este terreno, pero como todo el mundo, también cometen errores, y uno de nuestros 4x4 se quedó atascado en una duna. Pero bueno, empujando y con un poco de paciencia, lograron sacarlo para continuar la marcha y dejar una de las anécdotas del día J.


Llegamos al oasis de Ksar Ghilane donde pasaríamos la noche en un campamento de tiendas beduinas.


En este oasis pudimos disfrutar de un buen bañito. Existe en él una fuente termal con virtudes de spa. Así que sacamos de debajo de una palmera volcada en la poza el barro que había y nos embadurnamos, desde luego, fue una fantástica mascarilla, se nos quedó la piel fenomenal, como el culito de un bebé J, aunque hay que reconocer que al lado nuestro los dromedarios estaban bebiendo y haciendo sus necesidades, jeje.

Después del relajante baño, dimos una vuelta en dromedario. Aún recuerdo cómo se llamaba el mío, Lazarak, se portó fenomenal, jeje. Los llevaban atados de tres en tres, en fila india, de forma que yo iba en medio, entre dos de mis amigas. En este paseo, una de mis amigas, toda chula, le comentó al que nos llevaba, que íbamos muy despacio, para qué abriría la boca, porque ni corto ni perezoso, desató a su dromedario de la fila, y le dio un buen golpe en el culo, como era de esperar, el dromedario salió pitando. Mi amiga se sostenía como podía, jajaja, el caso es que la pobre empezó a resbalarse por la parte trasera del dromedario y acabó cayéndose. Ahora lo recuerdo como una anécdota muy divertida, pero, por supuesto, en aquel momento nos llevamos un buen susto, menos mal que todo quedó en eso. A mi amiga no le pasó nada y ahora cada vez que lo recordamos nos reímos un montón J.


Día 8: Chenini – Ksar Haddada - Matmata


A la mañana siguiente visitamos Chenini, pueblo bereber construido en una colina. Desde la distancia el pueblo pasa desapercibido, puesto que parece la misma montaña, aunque resalta su mezquita blanca.


Por la tarde después de comer en un pequeño hostal en Tataouine, donde tuvimos la oportunidad de darnos un buen baño en la piscina, llegamos a Ksar Haddada. Ya empezábamos a visitar lugares donde se habían rodado escenas de la Guerra de las Galaxias. Este pueblo nos hacía estar dentro de la película, fue donde se rodó Star Wars Episodio I: La amenaza Fantasma, el pueblo donde nació Anakin Skywalker.


Llegamos a Matmata, donde se encuentran las tradicionales casas subterráneas, llamadas casas trogloditas. Éstas son un gran hoyo en el suelo que se convierte en el patio central, del mismo salen excavaciones, como cuevas, que son las habitaciones. La verdad es que es muy práctico, puesto que fuera hace mucho calor, y estas habitaciones mantienen una temperatura fresca. Nos alojamos en un hotel que era una de estas casas subterráneas.


Día 9: Matmata - Djerba


Por la mañana dimos un paseo por el pueblo, donde pudimos entrar a visitar una  casa subterránea. Por supuesto, los propietarios encantadores, nos enseñaron su vivienda sin ningún problema.


Después nos dirigimos a Djerba, no se me olvida la pedazo cola que tuvimos que esperar para coger el trasbordador, se hizo bastante pesada la espera en el bus, pero al final llegamos y nos alojamos en un albergue.

Esa noche vinieron al albergue a ver si alguien se tatuaba con henna. La henna es un tinte muy utilizado en los países árabes, para hacerse tatuajes temporales, teñirse el pelo, etc. Muchas novias se llenan de tatuajes para la ceremonia. Yo no me tatué, no encontré ningún dibujo que me llamara la atención y la gente que lo hizo, la verdad es que pasaron mala noche, porque les pusieron una bolsa alrededor del tatuaje con la que tenían que estar hasta el día siguiente, de forma que el dibujo se secara, y lo que se encontraron fueron unos dibujos un poco emborronados. Nosotros no tuvimos suerte, aunque no dudo que haya otros sitios donde te los dejen mucho mejor J.

Día 10: Djerba


Nuestra primera visita fue a la Sinagoga de Djerba, la más antigua sinagoga de África. Aquí hay que entrar con la cabeza cubierta, si no lleváis un pañuelo a mano, os lo proporcionan a la entrada.


Después visitamos un taller de cerámica donde pudimos ver cómo hacían las vasijas y platos que después vendían al público.

Día 11: Sfax - Sousse


Por la mañana visitamos Sfax, ciudad portuaria fundada sobre las ruinas de Taparura y Thaenae. Después de dar una vuelta y callejear un rato seguimos camino a Sousse.

Llegamos a Sousse donde nos alojamos en un hotel impresionante. Llevaba abierto un par de meses y estaban condicionándolo, así que tuvimos la suerte de poder disfrutarlo. Tenía playa privada, por lo que nada más llegar aprovechamos para darnos un baño.

Día 12: Sousse


Este día el grupo se dividió, hubo gente que nos quedamos a descansar y aprovechar la playa y hubo gente que realizó una excursión. Creo que siempre me arrepentiré de esta decisión, tenía que haber ido a visitar Al Munastir como hicieron algunos de mis amigos. Por las fotos que vi después, debe de ser un sitio muy bonito.


El caso es que yo me quedé con algunos amigos disfrutando un fantástico día de playa, en el que por cierto me picó una medusa que me dejó una marca con forma de alacrán. Claro, que un simpático chaval de la zona me indicó que poniéndome una rodaja de tomate el picor se pasaba, no tuve oportunidad y no me ha vuelto a picar ninguna, así que si alguien lo prueba, ya me contará si funciona J.

Día 13: El Jem


Esa mañana fuimos a visitar el anfiteatro de El Jem. Es el mayor anfiteatro romano de África y el cuarto mayor del mundo, detrás del Coliseo de Roma, el Anfiteatro de Capua y el Anfiteatro de Pozzuoli. Es digno de ver, si tenéis posibilidad, no dejéis pasar la visita.


Continuamos camino a Túnez desde donde regresaríamos a España.

Día 14 - 15: Túnez


Por la mañana visitamos la Catedral de San Vicente de Paúl, catedral católica tunecina. Su nombre es debido a un sacerdote que fue vendido como esclavo en Túnez y que cuando fue liberado se dedicó a ayudar a los esclavos cristianos.


Esa tarde y el día siguiente, lo dedicamos a callejear por la medina, seguir con las compras y con los regateos, comprar los últimos regalos que nos faltaban y lo que ya teníamos claro que nos íbamos a llevar de recuerdo para nosotros.


Terminamos nuestro viaje con un fantástico sabor de boca, pensando en el siguiente J.










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